Ochoymedio: el corazón cultural de La Floresta
En sus salas se ha proyectado no solo lo más selecto del cine independiente, sino también todas las producciones nacionales. Además, ha sido la cuna de importantes festivales internacionales y el punto de encuentro de artistas y grandes amigos. Dos décadas a cuestas lo han convertido en un ícono del cine dentro del barrio y del país.
Por Leslie Santos y Emily Guerra
Para muchos hablar de La Floresta es hablar del Ochoymedio, y es que, durante 21 años, este lugar le ha dado al barrio esa impronta relacionada con el mundo del cine y del audiovisual. Por sus salas han pasado producciones extranjeras y, sobre todo, películas nacionales, ya que desde sus inicios se convirtió en un espacio para apoyar lo que se hace en el país, siendo esto una de las características que lo identifica. Mariana Andrade, fundadora y directora ejecutiva del Ochoymedio, cuenta sobre la trayectoria de este sitio y sobre su aporte a la cultura nacional.
¿Cómo surgió el Ochoymedio?
Surgió como una necesidad y luego se convirtió en un espacio libre para promover la cultura cinematográfica y las artes en general. El Ochoymedio se abrió en el 2001, los fundadores siempre estuvimos motivados por ideales de libertad e independencia y así nos unimos para pretender que, a través del arte, se generen condiciones de vida más humanas. Camilo Luzuriaga, Patricio Andrade, los arquitectos García y mi persona, éramos un grupo de verdaderos artistas, había cineastas, fotógrafos… a mí, incluso, me gustaba la literatura.
¿Qué impacto generó el Ochoymedio en La Floresta?
Todo lo diferente, en primera instancia, causa temor o incertidumbre. Yo creo que los primeros años fuimos un proyecto muy endogámico, muy hacia afuera. En un principio quienes visitaban el Ochoymedio era moradores de otros barrios. Un barrio es un micropaís, en el que hay sectores y secciones, por lo que no fue fácil posicionarnos de la manera en la que hoy nos conocen. Sin embargo, poco a poco, fuimos ganando nuestro espacio en el barrio, a través de la perseverancia y el apoyo de entidades como el Banco Central. Aquí se han hecho los festivales de cine más importantes del Ecuador, aquí nació el Eurocine y se han formado grandes cortometrajistas y documentalistas. El Ochoymedio ha proyectado la mayoría de películas ecuatorianas.
¿Qué representa el Ochoymedio en el exterior?
Recién estuve en España, en una reunión de productores de la industria audiovisual y el Ochoymedio es muy reconocido, ya que hay pocas salas como esta en el mundo. Aunque el cine cambió mucho, este tipo de salas se convirtieron en espacios patrimoniales del cine, en sobrevivientes, en un lugar de encuentro para convivir con lo humano. Si tu vienes acá, no es únicamente para ver una película, vienes para compartir un vino o comida con otras personas.
¿Cómo ha prevalecido el Ochoymedio en el tiempo?
Cuando aparecieron las salas de cine en los centros comerciales, los cines de barrio fueron decayendo. Desapareció el cine 24 de Mayo, el Benalcázar y el Colón. Nosotros no podemos vivir de la taquilla, son muy baratas y algunas personas no comprenden eso, se quejan por un valor de 5 dólares por una función, de eso el Ochoymedio apenas se lleva 2.50. Entonces, después de la pandemia me dije, si toca poner Batman, lo ponemos, para que las personas que no saben que existimos, vengan. No es fácil conseguir ese tipo de películas, es algo complicadísimo. Para poder proyectarlas te exigen un montón de funciones y condiciones económicas y, al tener una sola sala, y hacer un proyecto independiente, es imposible cumplirlas, pero tuvimos la empatía de estos grandes distribuidores, quienes nos apoyaron para ampliar nuestro público.
Para usted ¿qué representa el Ochoymedio?
Es el mejor lugar del mundo. He viajado bastante y pienso que es el cine más bonito del mundo. Para mí es un proyecto que le da al barrio un espacio de libertad, de sensibilidad, aquí puedes ver las películas que te conmueven. El Ochoymedio te ofrece vida, te ofrece belleza y te ofrece mucha humanidad. Hay mucha variedad, se proyectan distintas películas cada mes. También hay festivales, muestras temáticas, conciertos de música y funciones de teatro. Además, somos un sitio de reunión, aquí se reúnen las crocheteras del barrio, algunos músicos para dar sus clases y estudiantes que tienen su cine club en este espacio.
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