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Comunidades religiosas: más de cincuenta años como vecinos del barrio

Entre la 12 de Octubre, la Isabel La Católica y la Madrid se levantan importantes edificaciones que representan parte del legado que las comunidades religiosas que habitan en el sector le han dejado a la sociedad. En estos edificios funcionan reconocidas universidades y colegios que hablan del vínculo que, históricamente, esta zona ha tenido con la educación. Salesianos, Jesuitas, Marianitas y Dominicas de la Inmaculada Concepción abren las puertas de su casa y comparten con La Quadra un recorrido por sus rincones. Acompáñanos a conocerlos.

Comunidad Religiosa Dominica de la Inmaculada Concepción

Esta comunidad llegó al barrio hace más de 50 años. Se ubicó en un espacio donado por la señorita Leonor Heredia Bustamante, por lo que la escuela que ahora se encuentra en este lugar lleva su nombre, menciona la Madre Yolanda Sánchez, directora de la institución. El objetivo de esta donación, según cuenta, fue crear un sitio donde los niños cuenten con buena educación y estén bajo la guía de hermanas religiosas. Cabe mencionar que la escuela Heredia Bustamante es el único lugar abierto al público, ya que las instalaciones que ocupan las madres funcionan como un claustro, debido a que aquí habitan religiosas de avanzada edad, según agrega Sor Yolanda. En la parte posterior de la escuela se encuentra la capilla “Nuestra Señora de Lourdes”, en la que se suele celebrar misas, sobre todo como parte de alguna festividad religiosa. El recinto en el que se ubica la comunidad está en la Isabel La Católica y Madrid.

Comunidad Jesuita

Hasta 1950 la única residencia Jesuita se encontraba en el centro histórico, al interior de la iglesia de La Compañía. Posteriormente, con la llegada de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) en 1953 al barrio, nace la idea de crear una residencia jesuita al interior de la universidad, lo cual se concretó en 1964, tras el fallecimiento del Padre Aurelio Espinosa Pólit, según explica el Hermano David Chamorro, docente de la Facultad de Ciencias Filosóficas y Teológicas de la PUCE. Al igual que la comunidad de las religiosas Dominicas de la Inmaculada Concepción, los Jesuitas también recibieron la generosidad de Leonor Heredia Bustamante, quien donó el terreno en el que se levanta la PUCE hasta estos días.

A mediados del siglo XX, Leonor fue una mujer representativa en la ciudad: su reconocimiento se debía a que era una de las herederas de las familias con mayor prestigio y riqueza de la ciudad. Según Chamorro, la presencia de la residencia dentro de la universidad ha sido beneficiosa para la comunidad jesuita docente, ya que facilita el acceso a las aulas por la cercanía. Además, menciona que la cotidianidad al interior de la residencia está marcada por una rutina que empieza en la mañana orando; luego, cada miembro acude a su facultad a dar clase y a la hora del almuerzo todos se reúnen para compartir en la mesa.   

Comunidad Santa Mariana de Jesús

La comunidad Santa Mariana de Jesús se encuentra próxima a cumplir su primer centenario de residencia en nuestro barrio. Esta comunidad está ubicada en una casa localizada en las calles Robles y Tamayo, en donde también funciona la Unidad Educativa Santa Mariana de Jesús, la cual fue fundada por Mercedes de Jesús Molina. La institución, hasta 2010, era como un internado en el que acogían a estudiantes que venían de otras provincias. Ese mismo año, la unidad educativa se hizo mixta. Según la Hermana Rectora, Lourdes Mejía, la educación que imparten apunta a una formación integral, humana y espiritual, sólida en valores y en el servicio a los demás.  

Comunidad Salesiana

La familia de Leonor Heredia Bustamante también fue la benefactora de la Universidad Politécnica Salesiana (UPS), una de las obras más representativas de la comunidad salesiana que está presente en el barrio. Según el Padre Marcelo Farfán de la Facultad de Educación y Filosofía de la UPS, la Comunidad Salesiana, en un inicio, recibió el terreno donde se ubica la PUCE; sin embargo, luego de un acuerdo entre Salesianos y Jesuitas, cada comunidad se asentó en el territorio en el que permanecen hasta hoy. El Padre Farfán cuenta que Monseñor Cándido Rada, salesiano chileno, tuvo la idea de crear una casa donde los salesianos más jóvenes pudieran formarse a nivel académico. Es así como se creó el Instituto Superior Salesiano, en lo que ahora se conoce como el Bloque A. Años más tarde empezó la construcción de la iglesia “María Auxiliadora”, que estuvo a cargo del Padre José Carollo. Tras su construcción, la iglesia abrió sus puertas al público, convirtiéndose en el espacio de acogida y oración que hoy conocemos como El Girón. Cabe señalar que, en lo que hoy se denomina el Bloque B, funcionaba el Colegio Spellman de varones. Actualmente, aquí se encuentran dos casas pertenecientes a los salesianos. La primera es el Centro Salesiano de Educación Permanente para América, que funciona como un centro de formación y albergue para los Salesianos que llegan del extranjero, y el segundo es la Casa Provincial de los Salesianos.

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