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Cien años de gloria deportiva

A través de sus deportistas, la Concentración Deportiva de Pichincha ha obtenido numerosas victorias, tanto a nivel nacional como internacional. Entre sus logros más destacados y recientes, está la formación de Neisi Dajomes, campeona olímpica, un motivo de gran orgullo para la entidad. Con los Juegos Olímpicos de París en pleno auge, y a propósito de que acaba de cumplir cien años, hacemos un recorrido por el mítico Palacio de los Deportes, -complejo deportivo afincado en nuestro barrio y que forma parte de la Concentración- para mirar el pasado y el presente de esta institución que ha dedicado su vida al deporte nacional.

La historia de la Concentración Deportiva de Pichincha data de hace un siglo cuando, a medida que crecía la actividad física en Pichincha, se formaron varios clubes y academias como Deportivo Quito, Sociedad Deportiva Gladiador, Universitario, Colegio Mejía, entre otros. Cada uno de estos clubes agrupaba a numerosos deportistas, constituyendo un verdadero movimiento social deportivo. Sin embargo, este movimiento estaba marcado por la dispersión y la falta de coordinación.

Conscientes de esta situación, dirigentes de clubes y academias deportivas se unieron para crear una instancia rectora y organizativa. Después de múltiples reuniones, decidieron conformar la Concentración Deportiva de Pichincha. Fundada el 3 de febrero de 1924 como Liga Deportiva de Pichincha, la organización pasó a llamarse Federación Deportiva de Pichincha, el 2 de septiembre de 1925, y finalmente, el 20 de julio de 1939, en la asamblea del deporte provincial, se resolvió llamarla Concentración Deportiva de Pichincha.

La Concentración Deportiva de Pichincha se dedica a la formación integral de atletas, proporcionando atención multidisciplinaria a niños, jóvenes y adultos que han elegido al deporte como su camino de vida. Con un enfoque técnico-científico, la entidad trabaja para formar atletas de élite que representen a la provincia y al país en competencias nacionales e internacionales, según explica Miguel Ángel Pavón, presidente de este organismo.

Este santuario del deporte busca convertirse en un referente con valores y principios humanistas, coordinando el esfuerzo técnico-científico de todos sus integrantes para alcanzar la excelencia deportiva en los eventos en los que participan, añade Pavón.

Aquí se forman deportistas en, aproximadamente, 34 disciplinas. Algunas de estas son atletismo, natación, gimnasia, judo, taekwondo, patinaje, tiro con arco, y escalada. Estas son esenciales para el desarrollo deportivo integral y permiten a los atletas explorar y perfeccionar sus habilidades en diferentes áreas.

En varios puntos de Quito se ubican emblemáticos escenarios deportivos que forman parte de esta entidad. Uno de ellos es el Estadio Olímpico Atahualpa, inaugurado el 25 de noviembre de 1951, testigo por años de hitos deportivos, como la primera clasificación mundialista de Ecuador, en 2001.

El Coliseo General Rumiñahui, epicentro de eventos deportivos y conciertos desde su inauguración en 1992. El Coliseo Julio César Hidalgo, ubicado en el centro de la capital y fundado en 1953. La piscina Miraflores, que se encuentra en el barrio del mismo nombre, y que fue remodelada en 2014; es la única en la ciudad que cumple con los estándares internacionales para competencias y es donde entrenan las selecciones de natación y triatlón.

Finalmente, la Pista Atlética Los Chasquis, inaugurada en 1983, es el principal campo atlético de la ciudad y ha sido elegida por la selección ecuatoriana de atletismo para realizar entrenamientos en altura. Estos escenarios reflejan el compromiso de la concentración con el desarrollo y la promoción del deporte.

En complemento, desde hace tres años, la Concentración Deportiva de Pichincha cuenta con su propia unidad educativa particular, una iniciativa que ha permitido ofrecer una formación académica integral a sus deportistas. Además, la institución proporciona becas, lo que facilita el acceso a los jóvenes a una educación de calidad, mientras continúan su desarrollo deportivo. Esta combinación de educación y deporte no solo potencia el rendimiento de los atletas, sino que también les brinda herramientas esenciales para su futuro, tanto dentro como fuera del ámbito deportivo. Actualmente, también se está trabajando para crear un instituto tecnológico que complemente la formación de los deportistas, comenta Pavón.

La Concentración se enfoca en la preparación juvenil y en el deporte formativo, siendo la encargada de dotar al país de las futuras promesas del deporte. A pesar de que su misión es fundamental en la formación de los deportistas de élite que representen al Ecuador en los más importantes encuentros deportivos de talla mundial, como los juegos olímpicos, este organismo no recibe todo el apoyo que necesita para cumplir con su misión.

El número de deportistas que deberían recibir el apoyo de este organismo es muy amplio, sin embargo, la Concentración no cuenta con el presupuesto para suplir las necesidades de todos, como señala Paul Hurtado, jefe de entrenadores de la Asociación de levantamiento de pesas que forma parte de la Concentración Deportiva de Pichincha. “Se debería apoyar a las categorías formativas porque esa es la cantera que va a dar después los campeones, a nivel internacional”, añade Hurtado.

Explica que, por parte del Estado, se entregan cuatro millones, ochocientos mil dólares a la Concentración, los cuales se dividen entre todas las disciplinas. Con esto se paga el sueldo a trabajadores y entrenadores, se apoya a los atletas y se mantiene los diferentes escenarios deportivos. Sin embargo, esto no alcanza para cubrir todas las necesidades de los deportistas. Según Pavón, por su parte, el organismo arrastra un déficit que se está buscando eliminar. Agrega que, hace aproximadamente 7 años, el presupuesto que el Estado entregaba era el doble de lo que reciben hoy y que, en los últimos cuatro años, este no ha aumentado ni ha disminuido. “El presupuesto del Estado hacia la Concentración no ha aumentado, aunque las necesidades cada vez vayan aumentando”, puntualiza.

Por esta razón, la Concentración Deportiva de Pichincha ha tenido que autogestionar sus recursos, desarrollando iniciativas que les ayuden a generar ingresos, como los cursos vacacionales. Otro de los ingresos que reciben son los que dejan las actividades que se realizan en el Estadio Olímpico Atahualpa, en el Coliseo General Rumiñahui y en las piscinas, lo que suma, aproximadamente, dos millones de dólares. Esto les ha permitido no descuidar sus escenarios deportivos e igualarse en algunos pagos. “Cuando llegamos nosotros, no nos pagaban desde Octubre, recién en Marzo nos pagaron de tres meses. Nosotros, con autogestión, solucionamos a los trabajadores, les pagamos los sueldos de  Octubre, Noviembre y Diciembre. Por la transición del nuevo gobierno,  hubo un retraso, pero ahora están al día”, añade Pavón.

Otra dificultad que han encontrado es en la captación de nuevo talento. Anteriormente, la Concentración podía ingresar a las instituciones educativas y captar talento, pero, ahora por varias dificultades, ya no pueden hacerlo. Actualmente, tratan de promocionarse y buscar talentos, mediante las redes sociales, motivando a que la gente forme parte de esta gran comunidad de deportistas.

Otro método que aplican para captar talento es a través de los cursos vacacionales. Aproximadamente el 20% de quienes participan en estos son seleccionados para ser formados como las grandes figuras del deporte nacional. Aunque las dificultades económicas de esta institución son apremiantes, su esencia, plasmada a lo largo de cien años, no ha cambiado: ser la cuna de los medallistas olímpicos, quienes han dejado en alto el nombre del país -como Neisi Dajomes-  y quienes reflejan la garra y el talento de los deportistas tricolores.

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