Mi quadra

Con manos de mujer

En un rincón de La Floresta, entre la Avenida Coruña y Vizcaya, se esconden muñecos con aspecto peculiar y macetas de colores. Son cuatro mujeres las que dan vida a CuckoBox y Malali Pots: las hermanas Cifuentes. Juntas, nos enseñan que el miedo no existe y que no hay retos que no puedan superarse. Hoy, Día Internacional de la Mujer, queremos celebrar a las emprendedoras de nuestra Quadra. Descubre en esta nota la historia detrás ellas.

Cuando Elsa Cifuentes era pequeña, su abuelita siempre le advertía que el «cuco» iba a llevársela por sus travesuras, pero la visita de ese monstruo nunca llegó. Convencida de que ese monstruo al que todos le han temido alguna vez en verdad era bueno, comenzó a crear un cuento donde los cuckos son guardianes de los sueños que entran por puertitas de ratón y nos protegen de las pesadillas.

La menor de las cuatro hermanas se graduó 2013 de Diseño Industrial y empezó la travesía de CuckoBox, jugando con diferentes materiales para darle vida a sus personajes con juguetes hechos de forma artesanal. Aunque los protagonistas son los cuckos, Elsa creo todo un universo con dragurones que causan pesadillas (excepto por Soliak, un dragurón chimuelo que volando con su cola puede bajar polvo de estrellas) y murgalos que pueden retener más de 758 mensajes sin olvidar uno solo. Cosidos a mano o hechos de madera, comenzaron a vender los juguetes por Internet hasta poner su primera tienda en la Avenida República y Rumpipamba en el año 2016. En 2019, estos personajes llegaron junto a la familia Cifuentes Rodríguez a La Floresta, para seguir conquistando a niños y adultos.

Así como Elsa siguió su pasión por hacer juguetes y convirtió su sueño en realidad, la mayor de sus hermanas transformó su gusto por cultivar suculentas en un taller de cerámica. Cuando la colección de Sara Cifuentes había crecido demasiado, hicieron un pequeño invernadero para reproducir las plantas y venderlas en macetas bonitas. Este emprendimiento fue nombrado en honor al apodo que su padre le dio a su hermana Laura, «Malali», y al igual que en CuckoBox hacen todo sin moldes ni pintura industrial para que cada creación sea única y especial. Sapos, cuyes y cerditos son algunas de las macetas que puedes encontrar junto a otras decoraciones para el hogar, además de los talleres de cerámica donde intenta servir de guía para resolver las ideas que traen sus alumnos. El proyecto más reciente en el que están trabajando en los talleres es una casa para gato, siempre buscando los mejores materiales para facilidad de trabajo y calidad en los resultados. 

El 24 de junio del 2020, con un post en su cuenta de Instagram, anunciaron que iban a cerrar la tienda. Sin embargo, no fue un impedimento para seguir trabajando pues en ese periodo de tiempo se dedicaron a seguir llevando magia a los hogares que les abrían sus puertas para decorar las habitaciones de los bebés que estaban por llegar. Tomando en cuenta todas las medidas de seguridad, siguieron diseñando habitaciones y vendiendo sus productos en línea durante dos años hasta retomar el espacio físico en el que siguen hasta el día de hoy.

Amanda Cifuentes, la cuarta hermana y gerente, cuenta que, como ese, cada día es un nuevo reto; pero cada reto también trae consigo nuevas oportunidades para aprender y mejorar. Están constantemente diseñando nuevos juguetes, aprendiendo nuevas técnicas para la cerámica (como una técnica en la que aprovechan el choque térmico de la arcilla y la pintura para hacer un efecto craquelado en el resultado final), y probando nuevas recetas para su emprendimiento más reciente: Ciro Pastelería, a cargo de Laura Cifuentes. Bióloga de profesión y pastelera de corazón, comenzó con el apoyo de sus hermanas hace solo tres meses.

Este apoyo entre la familia viene desde su niñez. Siempre hubo un lazo muy fuerte entre las hermanas y sus padres las han apoyado en cada paso del camino, enseñándoles que no deben tener miedo a hacer cosas nuevas. Para Amanda, emprender con su familia es lo mejor que le ha pasado. El padre de las hermanas Cifuentes crea con sus manos las mesas, sillas y estantes de madera que se encuentran en los emprendimientos de sus hijas y hace muebles exclusivamente para ellas. Su madre les ayuda en la costura de los juguetes y los detalles de las macetas, así como cojines y otras decoraciones para el lugar. Funcionan como cualquier equipo de trabajo en el que deben ponerse de acuerdo sin que una opinión pase más que otra. Cada uno pone su granito de arena para mantener su mente entretenida y disfrutar de lo que hacen, que es de donde consideran que viene la mayor rentabilidad, y comparten alegría a otras personas con lo que hacen.

Al ser emprendimientos manejados únicamente por mujeres, algo que les pasa a menudo es que las personas creen que hay un hombre detrás de los procesos. Sea el padre cuando construían una pérgola para el lugar o la pareja de Laura cuando preguntan por recetas en Ciro, resulta gracioso para las hermanas que asuman que ellos están a cargo, pero también demuestra la percepción que aún tienen las personas de que las mujeres no pueden hacer muchas cosas por su cuenta. Su padre ha sido muy respetuoso con sus opiniones desde pequeñas, dejándoles tener su propia voz, y Amanda cree que esa primera escuela en la familia es lo que todas las mujeres necesitan para formar su carácter.

“Nunca nos han inculcado el miedo” destaca. Elsa no tuvo miedo al diseñar un cucko para Movistar en el año 2018 aunque no sabía muy bien cómo lo iba a crear, y Amanda no tuvo miedo de dejar un trabajo bien remunerado para unirse a sus hermanas en este viaje. Lo único necesario es la fuerza de voluntad, y lo demás se resuelve en el camino. “Si no das el paso, nadie va a darlo por ti” es el mensaje que deja Amanda para otras mujeres que quieran emprender y tomar el riesgo de seguir sus sueños.

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