Las crocheteras de La Floresta tejen conciencia social
Tejer puede ser una forma de generar conciencia e, incluso, protestar: un grupo activista de La Floresta nos demuestra que eso es posible. El arte y la protesta muchas veces van de la mano para atraer la atención de la gente a problemas sociales que pueden pasar inadvertidos. En el barrio La Floresta, aproximadamente desde 2016, un grupo de mujeres autodenominadas «Las crocheteras de La Floresta» se dedican a crear conciencia a través de diversos tejidos hechos por ellas mismas.
Los inicios del grupo
Las crocheteras de La Floresta fue una iniciativa de Mariana Andrade y María Eugenia Müller como parte del Colectivo Cultural de La Floresta. Al principio exclusivamente se enfocaron en el ámbito artístico. El grupo inició con tres personas y, poco a poco, más gente se unió al proyecto, pues la idea de tejer en croché les encantó.
Una de las primeras integrantes del grupo les hizo caer en cuenta de que los tejidos que realizaban eran yarn bombing, es decir grafiti tejido. Así se dieron cuenta que, a través del croché, podían atraer la atención pública. No tienen ninguna ideología política o filosofía, pero utilizan sus tejidos para llamar la atención de la colectividad sobre problemas urbanos que necesitan solución.
Acciones emblemáticas
Algunos de los lugares en los que han expuesto sus tejidos han sido: el restaurante Lucía House, el hotel Quito y la casa abandonada que se encuentra al frente del Ochoymedio. Sin embargo, uno de los problemas que enfrentan las crocheteras es que las personas destruyen o se llevan sus proyectos, por lo que a veces tienen que repetir sus obras. El impacto social, por tanto, no tiene un plazo tan duradero, dada la fugacidad de la obra artística.
Uno de sus proyectos más recientes fueron rosas tejidas con hilo de fundas plásticas, que colgaron en distintas partes del barrio, junto a frases como: «Ya no más femicidios», «Ya no más discriminación», «Ya no más abusos de poder», entre otras. Actualmente están trabajando en la siguiente fase de este proyecto: mariposas tejidas con frases positivas como: «Te quiero libre», «Te quiero linda», «Te quiero seguro/a», por ejemplo.
Pese a que las crocheteras enfrentan diversos inconvenientes con respecto al tipo de arte que realizan, como la sustracción o destrucción de sus obras, continúan manteniéndose como un grupo fuerte y unido, no solo como compañeras de trabajo sino como grandes amigas que se apoyan en todo momento.
Las crocheteras
María Eugenia Müller
Mariana Andrade
Consuelo Páez
Shirley Granja
Germania Jurado González
Zoila Saeteros
Amira Pérez
Blanca Delgado
Minna Salazar
Gabriela Tenorio Salazar
Mara Tamayo
Isabel Cordero
Maravillosa nota sobre nosotros Las crocheteras de la Floresta, muy bien redactada, veraz logrando que se resalte nuestro objetivo: tejer comunidad y protestar por problemas urbanos.
Gracias.